X CONGRESO ANUAL | XXX SYMPOSIUM
“VIGENCIA Y EFICACIA DEL PSICOANÁLISIS. De los fundamentos a la práctica actual”
19 / 20 y 21 de octubre de 2017
Informes: congreso@aeapg.org.ar
“(…) ahora, como antes, estamos dispuestos a reconocer
las imperfecciones de nuestro conocimiento, a añadir a él
nuevos elementos e introducir en nuestros métodos
todas aquellas modificaciones que puedan significar un progreso”
(Sigmund Freud, 1918)
La práctica psicoanalítica ha producido una teoría de fundamentos firmes y rigurosos. Su concepción de sujeto trascendió los márgenes de su práctica de tal modo que ninguna disciplina seria ignora los descubrimientos que ha producido. El hecho de que sus conceptos ya sean patrimonio de la humanidad da cuenta de la vigencia del psicoanálisis en el campo de la cultura.
Al ser la herramienta más rigurosa para la investigación del psiquismo humano, es utilizada por diversos campos de estudio.
Nuestra convocatoria invita a desarrollar y fundamentar la convicción en la eficacia del psicoanálisis, trabajándola en relación a los desafíos actuales.
Por su modo de operar, el psicoanálisis genera rechazos de toda índole, descreer de su eficacia puede ser un ejemplo.
Estas resistencias tienen motivo, responden a cuestiones estructurales propias de aquello que se pone en juego con su puesta en práctica y su teoría.
El psicoanálisis se ocupa de eso que el ser hablante reprime, que la sociedad y la cultura expulsan y que debe quedar afuera de toda posible consideración.
Como analistas estamos atravesados por exigencias ligadas a la rapidez y la eficacia, en términos de obtener resultados en el menor tiempo posible y con la mayor economía de medios. Responder a esta exigencia –que queda ejemplificada en lemas como “las cosas son como son”, “hechos, no palabras”, “just do it”– implicaría el borramiento de la dimensión subjetiva.
Deseamos subrayar la importancia de diferenciar la eficacia del psicoanálisis de la concepción de eficacia que demanda la cultura actual, asociada con la rapidez y el éxito. Moliner, en su diccionario (1994) define la cualidad de “eficaz” para: “las cosas que producen el efecto o prestan el servicio a que están destinadas”. La eficacia es la capacidad de lograr el efecto que se desea.
Consideramos que el analista no debe permanecer ajeno a la eficacia de su práctica, ni tampoco ceder en su renuncia a satisfacer demandas culturales actuales.
Con una actualidad notable Freud nos dice: “No podemos eludir la impresión de que el hombre utiliza cánones falsos en sus apreciaciones, pues mientras anhela para sí y admira en los demás el poderío, el éxito y la riqueza, menosprecia en cambio los valores genuinos que la vida le ofrece” (El malestar en la cultura, 1929).
Francois Jullien (1999) cuestiona la noción tradicional de eficacia. Dice que en la Antigüedad, entre los chinos, ser eficaz era ante todo permitir que advenga el efecto, no aspirar a conseguirlo directamente, sino implicarlo como consecuencia.
Pensar la eficacia a través de pares de opuestos, como lo plantea Jullien, es interesante para nosotros ya que permite reflexionar sobre las dificultades que presenta este problema particular en psicoanálisis.
En la misma línea de pensamiento, Marité Cena nos dice: “Que advenga el efecto, sin un saber previsto de antemano (…) sino por la singularidad de aquello que está en juego…” (Mesa Redonda: Los desafíos del psicoanálisis, Revista N°30 AEAPG, 2005-2006).
¿Qué propone el psicoanálisis y cuál es la clave de su eficacia?
La posición del analista, su modo particular de escuchar el caso por caso y la eficacia del psicoanálisis guardan entre sí una íntima relación, ya que la eficacia acontece cuando el analista, a partir de la escucha, sabe hacer ahí: maniobrar, interpretar e intervenir de manera conveniente en cada ocasión.
¿Cómo validar la eficacia analítica? ¿Cómo probar los resultados de la práctica que
existen y sostienen su vigencia?
Desde el inicio de su práctica Freud no cedió ante los escollos y prejuicios que la comunidad científica planteaba, sino que recurrió a la casuística llevada a cabo con los principios del método psicoanalítico, validando los resultados terapéuticos.
Desde entonces, psicoanálisis y comunidad científica vienen dialogando y tejiendo el camino de la interdisciplina.
¿Es eficaz el psicoanálisis si olvida esta dimensión? El riesgo es el encierro endogámico y una posición de omnipotencia que pretende sostener un saber absoluto.
Nos preguntaremos por los aportes que, desde otras disciplinas, complementan y posibilitan la eficacia analítica.
Debatiremos acerca de la postura de los analistas respecto de la relación entre psicoanálisis y ciencia. Por un lado, los que consideran que el psicoanálisis debe validar sus resultados siguiendo los parámetros y protocolos de la ciencia empírica; por otro, los que proponen diseñar instrumentos de validación preservando lo más específico del método psicoanalítico.
Nos resulta importante también reflexionar acerca de la formación de los analistas.
Freud observó la necesidad de complementar el estudio de la teoría psicoanalítica con el análisis personal y la supervisión de los casos, considerando que nadie puede llegar, en el tratamiento de un paciente, más allá de lo que pudo profundizar en los propios complejos inconscientes. ¿Estas ideas siguen vigentes en la formación analítica?
¿Los modos de presentación de los sufrimientos actuales ponen en jaque la eficacia analítica?
¿Cómo se plantea en el campo de la Salud Mental la problemática de la eficacia?
¿Cómo pensar las consecuencias de una lectura cada vez más mercantilista de los síntomas, en el tratamiento de los padecimientos de la infancia, donde éstos quedan reducidos a síndromes causados por disfuncionalidades neuroquímicas?
¿Qué decir respecto de la reducción del tratamiento a la medicalización del trastorno?
¿Cómo articular la eficacia del psicoanálisis con los ideales contemporáneos?
Es siempre un nuevo desafío aportar palabras o reflexiones allí donde sólo hay acting.
Los invitamos a recorrer juntos esta propuesta en nuestro Congreso 2017.