XI Congreso anual y XXXI Symposium
Psicoanálisis: entre la urgencia subjetiva y la elaboración
4, 5 y 6 de Octubre de 2018
Informes: congreso@aeapg.org.ar
Hacemos la experiencia de que el yo sigue hallando
dificultades para deshacer las represiones aun después que
se formó el designio de resignar sus resistencias, y
llamamos «reelaboración» {«Durcharbeiten»} a la fase de
trabajoso empeño que sigue a ese loable designio.
(Freud, 1926)
La elaboración, también traducida como trabajo elaborativo, reelaboración y perelaboración, es una función básica y fundamental del tratamiento psicoanalítico. Pese a su importancia y nexos múltiples con otros conceptos, tanto clínicos como metapsicológicos, la bibliografía que permita dar cuenta de su metapsicología e incidencia en el cambio psíquico es escasa.
Sabemos con Freud que la elaboración psíquica, en sentido estricto, designa el trabajo realizado por el psiquismo para tramitar las excitaciones dándoles curso psíquico, incluyendo representaciones en el comercio asociativo.
Refiere también al trabajo realizado por el analista en la cura que, idealmente, pretende reproducir el modo de funcionamiento espontáneo del aparato psíquico.
Para poder comprender el enorme alcance de la temática tendremos en cuenta su relación, tanto con la elaboración secundaria del sueño como con el trabajo elaborativo del analista.
El término, que incluye en sí mismo a la labor, alude en sus múltiples traducciones al trabajo. Trabajo del analista, trabajo del sueño, trabajo del duelo, labor, todos ellos (ya desde la cita que encabeza) dan cuenta de un empeño que se ejecuta en el tiempo, pieza por pieza. ¿Cómo dar cuenta del trabajo elaborativo en un tratamiento psicoanalítico? ¿En qué consiste su operatoria? ¿Cómo se diferencia de la elaboración psíquica espontánea?
La línea del trabajo nos llevará, por su borde más clínico, al trabajo de duelo. ¿Es el duelo un trabajo elaborativo? ¿Cómo se relaciona con la transformación económica? ¿Y con el tiempo necesario para su procesamiento? ¿Podríamos pensar al duelo como indispensable para la subjetivación en tanto inscripción de la falta fundante del Aparato? ¿Y al análisis como un largo proceso de duelo?
Dentro del campo específico del psicoanálisis, se hace necesario imbricar trabajo y tiempo para entender de qué se trata la elaboración psíquica. Consideramos al tiempo condición necesaria y solidaria de la elaboración, y de los movimientos en ésta implicados.
Inmersos en nuestro contexto sociocultural, se hace inevitable la pregunta por la instantaneidad vigente y su injerencia en la dinámica psíquica y en el curso de los tratamientos. Nos preguntamos, ¿qué efecto tiene la interiorización de un presente vertiginoso que pulveriza o estalla la temporalidad historizante? ¿Qué lugar para la práctica psicoanalítica en tiempos de urgencia?
El tratamiento psicoanalítico invita a realizar un trabajo que conjuga distintas dimensiones del tiempo: duración, retroactividad (Nachträglich), atemporalidad del inconciente, tiempos del trauma y de la sexualidad; y a la vez, la flecha del tiempo compartido e irreversible.
Los tiempos para la historización, la interpretación y el insight se entrelazan con los tiempos para el establecimiento de la transferencia y la aparición de las resistencias. Fijaciones, viscosidad libidinal y rigidez defensiva también serán cuestiones que abordaremos en el intento de entender de qué manera influyen en el trabajo elaborativo y la posibilidad de cambio psíquico. Consideramos que es a través del trabajo de análisis que se inicia un proceso terapéutico simbolizante que, paulatinamente, irá abriendo camino hacia el cambio psíquico.
Otras consideraciones técnicas nos llevan a la relación entre abreacción y elaboración, ¿son necesariamente excluyentes? ¿Qué particularidad adquiere el tiempo en la transferencia? ¿De qué manera se entrecruzan temporalidades distintas en ella?
Desde los primeros registros de la cultura hasta el día de hoy los pensadores continúan preguntándose en qué consiste el tiempo, si su origen es interno o externo al ser humano, si es circular o lineal, absoluto o relativo. Dialogaremos con otras disciplinas acerca de sus concepciones particulares del tiempo y el modo en que éste deviene en función constitutiva y existencial del ser humano.
La cuestión de la causalidad psíquica y su relación con la temporalidad retroactiva será otro de los ejes fundamentales a pensar y, claramente ligado a esto, nos preguntaremos por los tiempos de constitución del sujeto. Tiempos lógicos y cronológicos que se imbrican con la temporalidad del trauma y de la urgencia.
La retroactividad alude a la concepción freudiana de la temporalidad y de la causalidad psíquica: experiencias, impresiones y huellas mnémicas son modificadas ulteriormente en función de nuevas experiencias o del acceso a un nuevo grado de desarrollo donde entonces pueden adquirir, a la par que un nuevo sentido, una eficacia psíquica.
Freud señaló que el individuo elabora retroactivamente los acontecimientos pasados y es la elaboración la que le confiere un sentido e incluso una eficacia o poder patógeno. La cura analítica suscita tiempos de actualización y anacronismos que, coexistiendo en transferencia, habilitarían el cambio psíquico.
Entendemos entonces a la elaboración como vía privilegiada para poder integrar en un contexto significativo aquello que en el momento de ser vivido no pudo ser asimilado.
¿Podemos pensar el tiempo lógico y el tiempo cronológico como dos dimensiones en tensión? Niñez, adultez y vejez refieren a momentos distintos que aluden a lo cronológico como referencia temporal compartida; momentos que, a su vez, debemos pensar entretejidos con los tiempos lógicos, tiempos de advenimiento del sujeto.
Abordaremos también la problemática de la memoria y de la historización, trabajos elaborativos propios de la reorganización adolescente y fuertemente ligados a los modos actuales de presentación de las patologías entendidas como clínica del exceso. ¿Qué lugar para las identificaciones en el trabajo de historización? ¿Y para lo transgeneracional?
¿De qué se trata la urgencia y desde dónde es convocado el analista a intervenir en ella? Trauma y urgencia, en tanto impedimentos del cauce psíquico, vuelven a relacionarse con la elaboración demandada como necesaria.
¿Qué temporalidad rige a la urgencia subjetiva? ¿Cuál es su relación con la angustia? ¿Cuál es el lugar del apuro en la intervención cuando se torna imposible el tiempo de comprender, dar sentido y argumento al padecimiento?
Nuestra práctica actual nos interpela enfrentándonos a situaciones donde el andamiaje fantasmático e identificatorio de los pacientes trastabilla. Modos de presentación urgentes; sujetos que, en tanto impedidos de apelar a la palabra, encuentran coartada la posibilidad de trabajo elaborativo y demandan soluciones inmediatas para su sufrimiento.
Estos y muchos otros interrogantes son los que pretendemos recorrer juntos en el Congreso 2018.